datos personales

- Antonella Gentile
- Rosario y alrededores, Argentina
- antonellagentilejoyeria@gmail.com
(Del it. valigia, de or. desc.)
1. f. maleta ( caja o cofre).
2. f. Saco de cuero, cerrado con llave, donde llevan la correspondencia los correos.
3. f. Este correo.
4. f. irón. coloq. eufem. Ur. Trasero notorio por su volumen, especialmente el de la mujer.
maleta
(Del dim. de mala)
1. f. Especie de caja o cofre pequeño de cuero, lona u otras materias, que sirve para guardar en viajes o traslados ropa u otras cosas y se puede llevar a mano.
2. f. manga (especie de maleta abierta por los extremos).
3. f. Chile y Ven. maletero ( en los vehículos).
4. f. Cuba. Cartera que usan los niños para llevar los libros a la escuela.
5. f. Cuba. Joroba de una persona.
6. f. Perú. Espalda de una persona.
7. f. germ. Mujer pública a quien trae alguien consigo, ganando con ella.
andar como ~ de loco.
1. loc. verb. Arg. y Ur. No tener objetivo claro, no saber bien qué se quiere o se pretende.
hacer la ~.
1. loc. verb. coloq. Prepararse para irse de alguna parte, o para dejar algún cargo o empleo.
mudar1.
(Del ingl. mudar, y este del hindi madār).
1. m. Bot. Arbusto de la India, de la familia de las Asclepiadáceas, cuya raíz, de corteza rojiza por fuera y blanca por dentro, tiene un jugo muy usado por los naturales del país como emético y contraveneno.
mudar2.
1. tr. Dar o tomar otro ser o naturaleza, otro estado, forma, lugar, etc. U. t. c. intr.
2. tr. Dejar algo que antes se tenía, y tomar en su lugar otra cosa. Mudar casa, vestido.
3. tr. Remover o apartar de un sitio o empleo.
4. tr. Dicho de un ave: Desprenderse de las plumas.
5. tr. Dicho de los gusanos de seda, de las culebras y de algunos otros animales: Soltar periódicamente la epidermis y producir otra nueva.
6. tr. Dicho de un muchacho: Efectuar la muda de la voz.
7. intr. Variar, cambiar. Mudar de dictamen, de parecer. Era u. t. c. tr.
8. prnl. Dejar el modo de vida o el afecto que antes se tenía, trocándolo por otro.
9. prnl. Ponerse otra ropa o vestido, dejando el que antes se llevaba puesto.
10. prnl. Dejar la casa que se habita y pasar a vivir en otra.
11. prnl. coloq. Dicho de una persona: Irse del lugar, sitio o concurrencia en que estaba.
12. prnl. coloq. p. us. defecar (‖ expeler los excrementos).
(Rae)
El término proviene del latín ventus (viento), haciendo referencia a la capacidad de ventilación que proporciona. Antiguamente la ventana también se denominaba fenestra ó también denominada "finistra", de forma idéntica a como se llama en latín y en griego. Este sería el modo directo de derivación etimológica. No obstante, aunque ahora este nombre está en desuso, sí se conservan palabras relacionadas con él, como defenestrar que significa arrojar a alguien por una ventana.
Alejandrísima:
No estés enojada conmigo por este largo silencio. También los silencios atan, y yo he visto más de cuatro paquetes de masitas atados con hilo negro; basta desmoronar el moñito para que aparezcan los merengues, los relámpagos y las religiosas, sin contar los horribles (3 ft., 25 les 100 gr.) Cosas así todos los días.
Bicho lejano, la semana pasada fuimos a Montmachoux a cenar con Laure y Philipppe, y todo el mundo habló tanto de vos que yo traje otra silla y la puse por las dudas. Gracias a mi sistema de espionaje me he enterado también de que las socias del Club de las Piantadas se reúnen en los cafés para acordarse de su amiguita de la calle Montesdeoka. Tu popularidad secreta puebla las terrazas del barrio latino. Hay un pintor que firma Piza; otro, Arnik. Hay un cocktail que se llama Alexandra. Un infame plagario llamado Hesíodo ha publicado un libro que se titula "Los trabajos y los días". En el patio de casa, debajo de la pawlownia, juega una gatita negra que imita tu manera de abrir grandes los ojos. Ya ves que no te pudiste ir. [...]
Me dolió tu libro, es tan tuyo, sos tan vos en cada línea, tan reticentemente clara, tan por debajo y por adentro. ¿Conocés el sistema que consiste en hojear un libro e ir citando versos o pasajes, con algún comentario o elogio o censura? A mí no me gusta. Pero te voy a decir: lo que siento es lo mismo que frente a algunos (muy pocos) cuadros o dibujos surrealistas: que estoy del otro lado por un segundo, que me han hecho pasar, que soy vos, que estoy colgando de la punta de la tela como una de esas arañas rojas que hay en la Provenza y que tienen, parece, alianza con el Oscuro. Ahora sé (ya lo sabía, pero ahora lo sé de alguien que está vivo, cuya mejilla he besado alguna vez) que todo o casi todo puede ser dicho en muy pocas palabras. [...]
Julio
Tanto por querer.
Tanto por elegir.
Tanto por jugar.
Tanto por buscar.
Tanto por oler.
Tanto por esperar.
Tanto por plantar.
Tanto por escuchar.
Tanto por despedir.
Tanto por asustar.
Tanto por regalar.
Tanto por murmurar.
Tanto por equivocar.
Tanto por descubrir.
Tanto por nombrar.
Tanto por temer.
Tanto por dormir.
Tanto por aprender.
Tanto por desear.
Tanto por perdonar.
Tanto por imaginar.
Tanto por preguntar.
Tanto por reír.
Tanto por despertar.
Tanto por encontrar.
Tanto por olvidar.
"Y después de haber elegido su vida todas las almas, se acercaban a Láquesis
por el orden mismo que les había tocado;
y ella daba a cada uno, como guardián de su vida y cumplidor de su elección,
el hado que había escogido.
Éste llevaba entonces el alma hacia Cloto y la ponía bajo su mano y bajo el giro del huso movido por ella,
sancionando así el destino que había elegido al venirle su turno.
Después de haber tocado en el huso se le llevaba al hilado de Átropo,
él hacía irreversible lo dispuesto;
de allí, sin que pudiera volverse, iba al pie del trono de la Necesidad
y, pasando al otro lado y acabando de pasar asimismo los demás,
se encaminaban todos al campo del Olvido a través de un terrible calor asfixiante,
porque dicho campo estaba desnudo de árboles y de todo cuanto produce la tierra.
Al venir la tarde acampaban junto al río de la Despreocupación,
cuya agua no puede ser contenida en vasija alguna;
y a todos les era forzoso beber una cierta cantidad de aquella agua,
de la cual bebían más de la medida los que no eran contenidos por la discreción,
y al beber cada cual se olvidaba de todas las cosas."
P.
"...no veo por qué hay que tolerar invariablemente lo que nos viene de antes y de fuera, y así a los seres que amé y que amo les fui poniendo nombres que nacían de un encuentro, de un contacto entre claves secretas, y entonces mujeres fueron flores, fueron pájaros, fueron animalitos del bosque, y hubo amigos con nombres que incluso cambiaban después de cumplido un ciclo, el oso podía ser mono, como alguien de ojos claros fue una nube y después una gacela y una noche se volvió mandrágora..."
Los autonautas de la cosmopista
J. C.
El dibujo es.
La sensibilidad contemporánea se conecta con el dibujo. En el arte contemporáneo, el dibujo no parece ajeno a la expansión del propio campo que también opera en las otras disciplinas llamadas tradicionales como la pintura o la escultura. El dibujo se expande más allá del boceto subsidiario; como proyecto o como obra privada (antes relegada al taller) en la que el artista vuelca lo escondido o lo reprimido haciéndolo público: la expresividad, la rapidez en la ejecución (rayana en lo “desprolijo”) o la minuciosidad obsesiva de un tiempo en retardo, el documento del proceso creativo, la capacidad narrativa sin palabras y la valoración de la acción humana son calidades y cualidades del dibujo contemporáneo.
Desde los apuntes magistrales de Leonardo Da Vinci hasta las hojas pegadas con cinta adhesiva o sujetas con alfileres a las paredes, desnudas de marcos, passepartous y vidrios pasando por esas hojas arrancadas de carpetas y blocks prolijamente enmarcados, los trazos directos sobre los muros, los cuadernos desplegados, devenidos en “libros de artista”, editados en los bordes de toda edición, ante los ojos y las manos del espectador, los dibujos en cajas - juegos, cajas - sorpresa, los dibujos titilando en la pantalla de la PC, cobrando movimiento, los dibujos con hilo, lana, telas (bordados, tejidos, cosidos) coqueteando con las labores femeninas de ellas y ellos, los diagramas falsamente científicos que dan cuenta de la transmutación de los sentidos, las mutaciones del material, los mapas, cartografías de geografías reales o imaginadas, los dibujos “pintados”, fotografiados, escaneadas...esa figura, esa mujer, esa forma, ese caballo, esa línea, ese tigre, esa casa, esa flor, esa línea, esa mancha, esa, ese, esos... Esos y no otros, singulares, diferentes, infinitos y sin embargo tan cercanos.
Los infinitos dibujos del dibujo.
Estos dibujos son.
C. P.







Noches y noches de desvelo

Ingredientes
100 g de queso rallado
100 g de harina
100 g de manteca
50 g de fecula de maiz
1 cucharadita de polvo para hornear
1/2 cucharadita de pimentón
1/2 cucharadita de sal
huevo batido
kummel
semillas de amapola
Preparación
1. Poner en la mesa el queso rallado, la harina, la fecula de maiz,
el polvo para hornear, el pimenton y la sal.
2. Mezclar bien los ingredientes y agregar agua hasta formar una masa regular.
3. Dejarla descansar en la heladera durante media hora.
4. Estirar la masa hasta alcanzar un grosor de 3 mm y cortar masitas redondas.
5. Pintarlas con huevo batido y espolvorear la mitad con kummel
y la otra mitad con las semillas de amapola.
6. Cocinarlas en horno caliente 15 minutos.
7. Sacarlas cuando esten de color claro


La construcción de la escenografía y demás costumbres






De Luciana
La noche de la verdad
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